Efectos psicológicos de la contaminación

Tanto la contaminación del aire como la contaminación acústica tienen efectos psicológicos en los niños y en los adultos. La ciudad de Manresa tiene índices de contaminación altos que, a largo plazo, perjudican todos los campos de la salud. Hablamos de los efectos psicológicos de la contaminación y de cómo compensarlos.

Efectos psicológicos de la contaminación en Manresa

Los problemas de contaminación en Manresa

La contaminación se ha convertido en un problema de salud pública. La ciudad de Manresa registra niveles de polución elevados, tanto del aire como en forma de ruido, que alteran la calidad de vida y perjudican la salud mental a corto y a largo plazo. Los efectos psicológicos de la contaminación se notan en varios ámbitos y se están estudiando cada vez más.

Medidas como el establecimiento de zonas peatonales o la limitación de velocidad a algunas calles son un paso importante para empezar a resolverlo, siempre que se acompañen de mejoras en el servicio del transporte público. Cabe decir que el confinamiento debido al coronavirus nos permite obtener una lección sobre cómo reducir la polución en las ciudades.

Los efectos psicológicos de la contaminación

Contaminación atmosférica

La contaminación atmosférica es la que afecta el aire que respiramos, en forma de humos y partículas. Es la responsable de la acumulación de gases de efecto invernadero y de la capa de suciedad que se ve a menudo en el cielo de ciudades como Manresa. En esta página se pueden buscar y consultar los niveles de contaminación del aire en la ciudad de Manresa.

Algunos elementos son de origen humano, como las partículas de los humos de los coches o del humo industrial. Otros se consideran naturales, como el polvo procedente del Sahara o el ozono troposférico. Sin embargo, que sea de origen natural no significa que sean inocuos.

Manresa
Foto: Josep Renalias – Treball propi, CC BY-SA 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=885926

Un estudio hecho en Barcelona y Rotterdam demostró que cuando una mujer embarazada permanece expuesta a altos niveles de contaminación, su hijo tiene más riesgo de acabar desarrollando dificultades en el autocontrol de la conducta o un Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH ).

Contaminación acústica

La contaminación acústica es el ruido excesivo y molesto provocado por las actividades humanas (tráfico, obras, locales de ocio). Se mide en decibelios (dB). La Organización Mundial de la Salud sitúa a los 70 decibelios el punto donde el ruido comienza a ser peligroso para la salud. Esta es la intensidad que equivale al tráfico normal. Por lo tanto el tráfico superior al normal ya desborda esta intensidad máxima recomendada.

Los efectos psicológicos de la contaminación acústica, de manera resumida, son los siguientes:

  • Fatiga, estrés e irritabilidad.
  • Aumento de la agresividad y de la violencia.
  • Síntomas de ansiedad y depresión.
  • Insomnio, tanto a la hora de conciliar el sueño como en forma de despertares frecuentes durante la noche.
  • Problemas de atención, concentración y memoria.
  • En los niños, también sale perjudicado el aprendizaje, debido a la suma de los efectos anteriores.

Contaminación lumínica

La luz natural es un regulador de nuestro ritmo de sueño y vigilia: de manera natural nos despertamos cuando aumenta la luz (por la mañana) y tenemos sueño cuando se va la luz (por la noche). Es lo que llamamos ritmo circadiano (es decir, «que dura alrededor de un día»).

La luz artificial es necesaria para mantener las actividades humanas cuando es de noche, pero nos puede acabar provocando los efectos psicológicos de la contaminación lumínica. Por ejemplo, en forma de insomnio. El uso de móviles y tablets el rato antes de dormir, precisamente, contribuye a este problema: estos aparatos desprenden una luz blanca que confunde el cerebro, haciéndole creer que es de día. Por eso nos quitan el sueño.

En dormitorios poco aislados, la iluminación de la calle puede contribuír a las dificultades por dormir.

Cómo podemos reducir los efectos psicológicos de la contaminación

Un bosque para reducir la exposición a la contaminación en Manresa

La primera recomendación es la de buscar espacios libres de contaminación, tanto dentro como fuera de Manresa: parques, bosques, etc. Aunque no podamos hacerlo todos los días, por los horarios y el ritmo de vida, sí podemos aprovechar todas las oportunidades que tengamos.

A partir de aquí, desde la Psicología, podemos hacer intervenciones para cada uno de los efectos psicológicos de la contaminación en particular. A veces es difícil evitar la exposición a la contaminación, pero podemos compensar sus efectos con diferentes estrategias:

  • Para la irritabilidad y la agresividad: Entrenamiento en autocontrol, solución de problemas y resolución de conflictos.
  • Para el insomnio: Trabajo con pautas de regulación de horarios y hábitos en tres momentos: durante el día, poco antes de ir a dormir y lo largo de la noche si nos cuesta coger y mantener el sueño.
  • Para la ansietat: Entrenamiento en técnicas de respiración consciente, relajación y focalización de la atención.
  • Para la depresión: Técnicas de solución de problemas, aumento de la actividad para la distracción, mejora de las relaciones sociales y cambios en la autoimagen.
  • Para los problemas de atención, concentración y memoria: Uso de herramientas de apoyo (recordatorios, alarmas, etc), control de los estímulos ambientales y formación en técnicas de memoria.
  • Para el estrés: clasificación de las actividades según su importancia, pautas de ejercicio físico y técnicas de reducción de la activación física y mental.

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