El periódico Regió 7 ha publicado una encuesta sobre les experiencias de acoso a las mujeres en Manresa. Las cifras son preocupantes, y merece la pena analizar cómo se puede intervenir desde la psicología para que las mujeres en Manresa -y en todas partes- puedan ir por la calle sin tener que modificar sus hábitos por miedo al acoso, y sin sentirse amenazadas.
La encuesta sobre el acoso a las mujeres en Manresa
El periódico Regió 7 publicaba el 25 de Marzo de 2022 una encuesta sobre el acoso a las mujeres en Manresa. Las cifras que presenta son alarmantes. Este es un resumen de los resultados obtenidos:
- El 46% ha sufrido algun tipo de acoso en la vía pública. Al 22% les ha ocurrido más de una vez.
- El 41% describen algun tipo de agresión verbal (comentarios obscenos, etc).
- El 2% han sufrido tocamientos en la calle, y el 3% han sido agredidas sexualmente.
- El 2% relatan que un hombre se ha masturbado delante de ellas.
- El 87% dicen que tienen miedo de ir por la carrer de noche. El 16% también tienen miedo de andar por la calle de día.
- Las zonas de Manresa donde las mujeres se sienten más inseguras son el Passeig de Pere III, el Carrer del Cos, la Plaça Gispert y el Carrer de Sobrerroca.
La encuesta se ha hecho a 100 mujeres de entre 18 y 80 años de distintos barrios de la capital del Bages.
El riesgo de algunas medidas para aumentar la sensación de seguridad de las mujeres
En respuesta al miedo al acoso de las mujeres en Manresa se suelen adoptar medidas simples para aumentar la sensación de seguridad: ir acompañadas, cambiar su itinerario, etc. Otras iniciativas son la campaña de taxistas que se comprometen a esperar a que la mujer haya entrado en casa, o el aumento de la presencia policial en las calles.
En otras poblaciones, como en Barcelona, se ha puesto en práctica que el bus urbano deje a la pasajera delante de la puerta de su casa, aunque no tenga parada allí.
Estas medidas pueden aliviar la ansiedad a corto plazo. Pero a largo plazo existe el riesgo de que se hagan insuficientes y que cada vez se necesiten más cambios en los hábitos diarios para mantener la sensación de seguridad. Al fin y al cabo, desde la psicología se ha comprobado que las medidas rápidas que se toman en respuesta al miedo, pueden aumentar este miedo con el paso del tiempo. De forma parecida al caso de una persona que, por miedo a volar, sustituye un trayecto en avión por el mismo trayecto en tren y observa como el medo a volar es cada vez más intenso.
Los hombres van tarde en la reducción del machismo
Pero más allá de la efectividad de los cambios que introduzca una mujer en su día a día, está la cuestión de la justicia. Es injusto que sea la mujer quien debe modificar sus hábitos porque hay hombres que se creen con derecho a acosarlas. En cualquier caso deberían ser los hombres los que abandonaran todas las conductas de perseguir, insinuarse o hacer comentarios sexuales a las mujeres, porque es una molestia para ellas.
Estas conductas, a menudo, se ven facilitadas por la percepción de que son inofensivas. Pero no por eso dejan de incomodar. Una manera práctica con la que un hombre puede saber si lo que se dispone a hacer es correcto o no puede ser la siguiente: Imaginarse cómo reaccionaría si alguien se lo hiciera a alguna mujer de su entorno familiar: una hermana, una hija, una sobrina, etc. Si piensa que se indignaría, significa que la misma acción, o el mismo comentario, hecho por él a otra mujer, será indignante.
Qué se puede hacer ante el problema del acoso a las mujeres en Manresa
Hemos visto unas líneas más arriba como algunas de las medidas llevadas a cabo, tienen el riesgo de acabar agravando el problema. Pero esto no es motivo para no ponerlas en práctica si en un momento dado, o en varios momentos dados, pueden aliviar la ansiedad. Aparte de éstas, y del papel de toda la sociedad -hombres y mujeres- a la hora de alcanzar la plena igualdad en todos los ámbitos, podemos tener en cuenta otras prácticas:
- Distinguir el miedo de la ansiedad: El miedo es lo que sentimos frente a una amenaza real y presente (por ejemplo, tener un hombre delante, con una cerveza en la mano, que nos invita a subirnos a su coche). La ansiedad es un malestar inespecífico sobre algo no bien definido que podría ocurrir (por ejemplo, cuando andamos por una calle silenciosa). Si tenemos miedo, podemos ir a buscar la seguridad a un lugar más concurrido, o simular que hablamos por teléfono con alguien que nos espera. Si lo que tenemos es ansiedad, lo mejor es continuar. Porque en este caso, si cambiáramos algo, no estaríamos respondiendo a la amenaza; estaríamos respondiendo a la ansiedad. Y lo más probable es que no acabe ocurriendo nada. Pero necesitamos comprobar que, efectivamente, no ocurre nada. Y sólo lo comprobaremos si no hacemos ningún cambio. No estoy diciendo que hacer esto sea fácil, porque la ansiedad puede persistir. Pero sí es lo que nos demostrará que no tenemos porqué cambiar nuestro recorrido.
- Ante un comentario verbal que no va a más: En ese momento, ignorarlo. Ni siquiera mirar a quien nos lo hace. Como si no existiera. Una vez fuera de la situación, hablar con la policía para explicar lo que ha pasado.
- Denunciar, denunciar, denunciar: Ya sea en la policía, o públicamente (por ejemplo, en redes sociales). Cada vez que un hombre comete una agresión, más o menos o grave, y no se denuncia, aumenta su sensación de impunidad… y la de los demás hombres que ven que también pueden hacerlo impunemente.
- Si se ha sufrido una agresión con daños: Llamar al 112 para recibir asistencia médica y policial.
- Si la preocupación se convierte en algo grave y dificulta la calidad de vida: Pedir ayuda profesional para recuperar la normalidad y tener herramientas para manejarlo.
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